lunes, 16 de enero de 2012

Don Manuel

La pena no es que se haya muerto. De todos modos, no es lógico alegrarse por la ...muerte de una persona, pero a veces cuesta evitarlo. Que le pregunten a aquellos que vieron morir a Franco o a Pinochet (ambos dulcemente en una cama, sin ser juzgados, siempre apoyados por el Imperio). Lo lógico en este caso es llorar, pero de la rabia, por que a este tío nadie le ha juzgado, y para muchos jóvenes sigue siendo un referente, un democrata, uno que ''fue franquista, pero luego hizo buenas cosas en la transición''. Bueno, sólo espero que, si existe algo parecido al Cielo, se encuentre allí con Grimau, con los trabajadores de Vitoria y, en definitiva, con todos los democratas del mundo (desde Azaña hasta Lenin pasando por Lorca), estos le den una buena tunda de mi parte. Adiós, señor Fraga, nos ha dejado usted como herencia un partido semifranquista que nos hace seguir siendo los bichos raros de la cultura europea. Gracias